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sábado, 21 de septiembre de 2013

Como Controlar Ansiedad y Depresión en Perros

Si en tu casa hay un perro nervioso, ansioso, estresado o que parece deprimido, entonces debes leer este artículo. A través de él planeo enseñarte cómo lidiar con estos ánimos y mejorarlos para equilibrar la mente de tu mascota, para convertir un perro histérico o depresivo en un animal cariñoso, dócil y alegre.

¿Por qué un perro entra en este estado de ansiedad? ¿Por qué se deprime?

         Bien, casi siempre es culpa nuestra. Muchas personas olvidan (o ignoran completamente) las necesidades básicas de un perro, que son ejercicio, rutina, jerarquía y cariño. Casi todo el mundo les da cariño en abundancia, y de lo demás ni un poco. ¡Pobrecito!, dicen algunos, ¡si es el niño de la casa!

Pues un perro no es un niño, y es algo que tenemos que empezar a asumir. Un perro es un perro, es el descendiente del lobo, y tiene necesidades que debemos aceptar y suplir por su salud mental y también la nuestra.

         La falta de ejercicio, la ausencia de disciplina, una mala alimentación, el sedentarismo y el aburrimiento al que muchos perros caseros se encuentran son los orígenes más comunes de la ansiedad y la depresión.

Hay que lidiar con todo esto, hay que aprender cómo evitar estos estados. Aquí vamos a aprender cómo.

La ansiedad

         La ansiedad, el estrés y el nerviosismo son estados de ánimo que llevan a nuestro perro a ser agresivo, destructivo, histérico. Se mueve, ladra, brinca, salta, muerde, cava, roe y destruye todas tus cosas. A nadie le gusta tener un cúmulo de nervios en casa, ¿verdad? Por eso hay que solucionarlo: por la comodidad de todo el mundo en la casa, y por la salud mental del animal, que desde luego no quiere ser así.

La mayor parte de las veces, la ansiedad se origina por dos motivos:

– Falta de ejercicio
– Soledad

El perro es en esencia un animal de grandes actividades, por lo que necesita mucho ejercicio para desgastar toda su energía, y también una criatura social, por lo que precisa de continua compañía e interacción. Cualquiera de las dos carencias puede dar origen a una actitud ansiosa y destructiva que lleve por el camino de la amargura a toda la familia.

Para atajar este problema hay unos sencillos pasos que debemos seguir para lograr la total eliminación del estrés en nuestro perro:

– Debemos marcar una rutina. Es vital. Estamos hablando de un animal esencialmente rutinario. Debe comer siempre a la misma hora, pasear a la misma hora, dormir a la misma hora. Si tiene que quedarse solo, que sea todos los días el mismo tiempo.

– Adiestramiento de obediencia. Siempre es ideal hacer un adiestramiento de obediencia, no sólo porque le da una jerarquía al perro, mostrándole su lugar como seguidor, si no porque también sirve para desgastar parte de su energía, lo insta a concentrarse, ejercita su mentalidad,...

– Ejercicio. Mucho ejercicio. El perro necesita moverse mucho más de lo que puede hacerlo dentro de casa, o incluso en el jardín. Necesita largos paseos a diario, y también juegos como ir a buscar la pelota o buscar objetos escondidos.

– Premiar la tranquilidad. Se trata de darle un premio cada vez que esté tranquilo. Por ejemplo podemos salir de casa cinco minutos, y si al entrar está tranquilo lo recompensamos por ello, en cambio si se ha puesto a saltar y ladrar como un loco lo ignoramos. Este tipo de ejercicios le enseñan al perro cuál es la actitud que queremos que tenga, y como recibe un premio por ella, intentará estar relajado más tiempo.

– Dotarlo de juguetes-rompecabezas cuando tiene que quedarse solo en casa. Estos juguetes, que contienen chucherías de perro en su interior, sirven para entretener al animal, lo que impide que rompa los muebles, zapatillas e incluso la ropa. Además estimulan su inteligencia.

– Renunciar completamente el castigo positivo (la aparición de algo aversivo ante un comportamiento no deseado). Este castigo puede ser útil en algunos casos, pero siempre es una fuente de estrés para el perro...Y es lo que queremos evitar, ¿no es cierto?

Siguiendo estas instrucciones y siendo muy pacientes y firmes con el perro, pronto conseguiremos reducir la ansiedad hasta eliminarla. Nuestro perro se convertirá en un animal dócil y equilibrado por fin.

Depresión

Todos conocemos en mayor o menor medida la depresión, algo que cada vez más está a la orden del día: el estrés, el trabajo, problemas familiares,...Todo esto puede original una depresión.

Pues se trata de una enfermedad que también pueden padecer los perros.

Hay que controlarla desde que la vemos aparecer para que nuestra fiel mascota sea equilibrada, alegre y feliz...A no ser que prefiramos tener un pobre animalito que duerme todo el día, que no come, no juega, no obedece, que pasa sus días como alma en pena.

El origen de este mal puede estar en todo tipo de cosas, igual que sucede en el ser humano. Puede ser falta de espacio, inactividad, ausencia de una rutina clara, falta de atención, soledad,...Casi cualquier motivo puede originar una depresión en un perro.

Como ya sabemos, el perro tiene una serie de necesidades: ejercicio, jerarquía, rutina y cariño, todo ello lo necesita para sentirse completo, para ser un perro de verdad. La más pequeña ausencia de alguna de ellas puede resultar en una depresión canina.

Como en el ser humano los síntomas de esta enfermedad son muy diversos, pero los más comunes, y a los que debes prestar especial atención, son los siguientes:

– Inapetencia. El perro no tiene hambre.

– Sed excesiva. El perro bebe mucho y constantemente, como si siempre estuviera sediento.

– Somnolencia. Duerme mucho más de lo que es normal (la normalidad está entre las doce y las diecisiete horas, no continuas).

– Falta de reacción hacia aquellos estímulos que son agradables para un perro. Si no reacciona ante los juegos, los paseos, la comida, las chucherías,...Entonces es que tiene un problema.

Si notas cualquiera de estos síntomas, o todos a la vez, no dudes en ponerte en contacto con el veterinario. Puede que no tenga depresión pero sí que esté enfermo, y lo mejor es asegurarse antes de que la cosa vaya a mayores.

Si finalmente confirmas que es una depresión, entonces debes descubrir su origen.

Es muy probable que el error sea nuestro, de modo que hay que evaluar nuestra conducta y el trato que tenemos con el perro. Tal vez no lo sacamos lo suficiente. ¿Le hemos proporcionado una rutina? ¿Hace bastante ejercicio? ¿Le hemos marcado una jerarquía para que se sienta cómodo?

Contra todo pronóstico, el motivo más clásico es la falta de atención. Todos somos muy felices cuando llega el nuevo perrito a casa, ¿pero le prestamos la misma atención y le damos el mismo cariño las primeras tres semanas que en los siguientes cinco años? ¿Nos dejamos abrumar por el trabajo, la familia y los amigos, y vamos dejando a nuestra fiel mascota en el último lugar?

También es posible que tú tampoco estés pasando por el mejor momento de tu vida. Si tú estás triste y decaído tu perro también lo estará. Él siente lo que tú sientes, y empatiza contigo. Está a tu lado incluso en estos momentos tan bajos, te acompaña en la tristeza igual que en la alegría.

Así, el arma más poderosa que tienes para luchar contra la depresión de tu perro, sea cual sea el origen, es el amor. Las herramientas más importantes van a ser tu propia compañía, tu cariño hacia él. Recuerda lo mucho que ha hecho por ti, lo que sentiste nada más verlo.

No hay un tratamiento exacto para sanar la depresión canina, pero es mucho más fácil que superarla en un humano. El hombre por naturaleza tiende a hundirse en la oscuridad, y en cambio el perro siempre busca lo bonito de la vida. De esta manera necesitas muy poco para devolverle la alegría a tu fiel amigo.

Juega con él, trátalo, pasa tiempo a su lado. Esto es básico. Tu perro te necesita. No hace falta que pases las veinticuatro horas al día junto a él, pero debes hacerle ver que eres su dueño y lo quieres. Cuando estés en casa deja que permanezca junto a ti, mímalo un poco. Por supuesto, no le des cariño a secas, también debes suplir el resto de sus necesidades.

Préstale atención no sólo en forma de caricias y palabras tiernas. Juega con él, llévalo de paseo, haced ejercicio juntos. Márcale una rutina a la que atenerse y una jerarquía que le sea cómoda como seguidor.

Algo que te puede ser útil para combatir el sentimiento de soledad en tu perro es ponerle música, la radio o la televisión cuando no estás en casa. El sonido, sea cual sea, le hará sentir que no está solo, y eso combatirá la depresión en tu ausencia.


Por supuesto, no hay nada que pueda sustituir el contacto directo que tu perro quiere tener contigo. Pasa el mayor tiempo posible a su lado para luchar contra esta enfermedad, ejercítalo, entrénalo, y antes de que te des cuenta tendrás un compañero fiel y alegre dispuesto a jugar felizmente en cualquier momento en lugar de permanecer decaído en un rincón.

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