Si en tu casa hay un perro nervioso,
ansioso, estresado o que parece deprimido, entonces debes leer este artículo. A
través de él planeo enseñarte cómo lidiar con estos ánimos y mejorarlos para
equilibrar la mente de tu mascota, para convertir un perro histérico o
depresivo en un animal cariñoso, dócil y alegre.
¿Por qué un perro entra en este estado
de ansiedad? ¿Por qué se deprime?
Bien,
casi siempre es culpa nuestra. Muchas personas olvidan (o ignoran
completamente) las necesidades básicas de un perro, que son ejercicio, rutina,
jerarquía y cariño. Casi todo el mundo les da cariño en abundancia, y de lo
demás ni un poco. ¡Pobrecito!, dicen algunos, ¡si es el niño de la casa!
Pues un perro no es un niño, y es algo
que tenemos que empezar a asumir. Un perro es un perro, es el descendiente del
lobo, y tiene necesidades que debemos aceptar y suplir por su salud mental y
también la nuestra.
La
falta de ejercicio, la ausencia de disciplina, una mala alimentación, el
sedentarismo y el aburrimiento al que muchos perros caseros se encuentran son
los orígenes más comunes de la ansiedad y la depresión.
Hay que lidiar con todo esto, hay que
aprender cómo evitar estos estados. Aquí vamos a aprender cómo.
La ansiedad
La
ansiedad, el estrés y el nerviosismo son estados de ánimo que llevan a nuestro
perro a ser agresivo, destructivo, histérico. Se mueve, ladra, brinca, salta,
muerde, cava, roe y destruye todas tus cosas. A nadie le gusta tener un cúmulo
de nervios en casa, ¿verdad? Por eso hay que solucionarlo: por la comodidad de
todo el mundo en la casa, y por la salud mental del animal, que desde luego no
quiere ser así.
La mayor parte de las veces, la ansiedad
se origina por dos motivos:
– Falta de ejercicio
– Soledad
El perro es en esencia un animal de
grandes actividades, por lo que necesita mucho ejercicio para desgastar toda su
energía, y también una criatura social, por lo que precisa de continua compañía
e interacción. Cualquiera de las dos carencias puede dar origen a una actitud
ansiosa y destructiva que lleve por el camino de la amargura a toda la familia.
Para atajar este problema hay unos
sencillos pasos que debemos seguir para lograr la total eliminación del estrés
en nuestro perro:
– Debemos marcar una rutina. Es vital. Estamos hablando de un animal
esencialmente rutinario. Debe comer siempre a la misma hora, pasear a la misma
hora, dormir a la misma hora. Si tiene que quedarse solo, que sea todos los
días el mismo tiempo.
– Adiestramiento de obediencia. Siempre es ideal hacer un
adiestramiento de obediencia, no sólo porque le da una jerarquía al perro,
mostrándole su lugar como seguidor, si no porque también sirve para desgastar
parte de su energía, lo insta a concentrarse, ejercita su mentalidad,...
– Ejercicio. Mucho ejercicio. El perro necesita moverse mucho más de
lo que puede hacerlo dentro de casa, o incluso en el jardín. Necesita largos
paseos a diario, y también juegos como ir a buscar la pelota o buscar objetos
escondidos.
– Premiar la tranquilidad. Se trata de darle un premio cada vez que
esté tranquilo. Por ejemplo podemos salir de casa cinco minutos, y si al entrar
está tranquilo lo recompensamos por ello, en cambio si se ha puesto a saltar y
ladrar como un loco lo ignoramos. Este tipo de ejercicios le enseñan al perro
cuál es la actitud que queremos que tenga, y como recibe un premio por ella,
intentará estar relajado más tiempo.
– Dotarlo de juguetes-rompecabezas cuando tiene que quedarse solo en
casa. Estos juguetes, que contienen chucherías de perro en su interior, sirven
para entretener al animal, lo que impide que rompa los muebles, zapatillas e
incluso la ropa. Además estimulan su inteligencia.
– Renunciar completamente el castigo positivo (la aparición de algo
aversivo ante un comportamiento no deseado). Este castigo puede ser útil en
algunos casos, pero siempre es una fuente de estrés para el perro...Y es lo que
queremos evitar, ¿no es cierto?
Siguiendo estas instrucciones y siendo
muy pacientes y firmes con el perro, pronto conseguiremos reducir la ansiedad
hasta eliminarla. Nuestro perro se convertirá en un animal dócil y equilibrado
por fin.
Depresión
Todos conocemos en mayor o menor medida
la depresión, algo que cada vez más está a la orden del día: el estrés, el
trabajo, problemas familiares,...Todo esto puede original una depresión.
Pues se trata de una enfermedad que
también pueden padecer los perros.
Hay que controlarla desde que la vemos
aparecer para que nuestra fiel mascota sea equilibrada, alegre y feliz...A no
ser que prefiramos tener un pobre animalito que duerme todo el día, que no
come, no juega, no obedece, que pasa sus días como alma en pena.
El origen de este mal puede estar en
todo tipo de cosas, igual que sucede en el ser humano. Puede ser falta de
espacio, inactividad, ausencia de una rutina clara, falta de atención,
soledad,...Casi cualquier motivo puede originar una depresión en un perro.
Como ya sabemos, el perro tiene una
serie de necesidades: ejercicio, jerarquía, rutina y cariño, todo ello lo
necesita para sentirse completo, para ser un perro de verdad. La más pequeña
ausencia de alguna de ellas puede resultar en una depresión canina.
Como en el ser humano los síntomas de
esta enfermedad son muy diversos, pero los más comunes, y a los que debes
prestar especial atención, son los siguientes:
– Inapetencia. El perro no tiene hambre.
– Sed excesiva. El perro bebe mucho y constantemente, como si siempre
estuviera sediento.
– Somnolencia. Duerme mucho más de lo que es normal (la normalidad
está entre las doce y las diecisiete horas, no continuas).
– Falta de reacción hacia aquellos estímulos que son agradables para
un perro. Si no reacciona ante los juegos, los paseos, la comida, las
chucherías,...Entonces es que tiene un problema.
Si notas cualquiera de estos síntomas, o
todos a la vez, no dudes en ponerte en contacto con el veterinario. Puede que
no tenga depresión pero sí que esté enfermo, y lo mejor es asegurarse antes de
que la cosa vaya a mayores.
Si finalmente confirmas que es una
depresión, entonces debes descubrir su origen.
Es muy probable que el error sea
nuestro, de modo que hay que evaluar nuestra conducta y el trato que tenemos
con el perro. Tal vez no lo sacamos lo suficiente. ¿Le hemos proporcionado una
rutina? ¿Hace bastante ejercicio? ¿Le hemos marcado una jerarquía para que se
sienta cómodo?
Contra todo pronóstico, el motivo más
clásico es la falta de atención. Todos somos muy felices cuando llega el nuevo
perrito a casa, ¿pero le prestamos la misma atención y le damos el mismo cariño
las primeras tres semanas que en los siguientes cinco años? ¿Nos dejamos
abrumar por el trabajo, la familia y los amigos, y vamos dejando a nuestra fiel
mascota en el último lugar?
También es posible que tú tampoco estés
pasando por el mejor momento de tu vida. Si tú estás triste y decaído tu perro
también lo estará. Él siente lo que tú sientes, y empatiza contigo. Está a tu
lado incluso en estos momentos tan bajos, te acompaña en la tristeza igual que
en la alegría.
Así, el arma más poderosa que tienes
para luchar contra la depresión de tu perro, sea cual sea el origen, es el
amor. Las herramientas más importantes van a ser tu propia compañía, tu cariño
hacia él. Recuerda lo mucho que ha hecho por ti, lo que sentiste nada más
verlo.
No hay un tratamiento exacto para sanar
la depresión canina, pero es mucho más fácil que superarla en un humano. El
hombre por naturaleza tiende a hundirse en la oscuridad, y en cambio el perro
siempre busca lo bonito de la vida. De esta manera necesitas muy poco para
devolverle la alegría a tu fiel amigo.
Juega con él, trátalo, pasa tiempo a su
lado. Esto es básico. Tu perro te necesita. No hace falta que pases las
veinticuatro horas al día junto a él, pero debes hacerle ver que eres su dueño
y lo quieres. Cuando estés en casa deja que permanezca junto a ti, mímalo un
poco. Por supuesto, no le des cariño a secas, también debes suplir el resto de
sus necesidades.
Préstale atención no sólo en forma de
caricias y palabras tiernas. Juega con él, llévalo de paseo, haced ejercicio
juntos. Márcale una rutina a la que atenerse y una jerarquía que le sea cómoda
como seguidor.
Algo que te puede ser útil para combatir
el sentimiento de soledad en tu perro es ponerle música, la radio o la
televisión cuando no estás en casa. El sonido, sea cual sea, le hará sentir que
no está solo, y eso combatirá la depresión en tu ausencia.
Por supuesto, no hay
nada que pueda sustituir el contacto directo que tu perro quiere tener contigo.
Pasa el mayor tiempo posible a su lado para luchar contra esta enfermedad,
ejercítalo, entrénalo, y antes de que te des cuenta tendrás un compañero fiel y
alegre dispuesto a jugar felizmente en cualquier momento en lugar de permanecer
decaído en un rincón.
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