Lo
incorrecto es tratar de limpiarlas con agua y jabón u otro limpiador que contenga amoniacales o lavandina (tienen amoniaco o hipoclorito de sodio sustancias
presentes en la orina), los cuales limpiarán a medias y
enmascararán el olor o aumentarán el olor en el peor de los casos, pero sin
eliminarlo, el perro al tener un olfato más sensible que el nuestro, igual
percibirá el olor a su propia orina y lo estimulará a orinar nuevamente.
La
manera correcta de limpiarlas es poner sobre la mancha fresca papel absorbente
o papel de diario, un paño seco o piedritas sanitarias (que son muy absorbentes), una vez
que se logró absorber todo el líquido posible, hay que rociar con productos
comerciales que contienen bacterias vivas y enzimas específicas
que producen una digestión y destrucción del resto, eliminando de esa
manera, el olor a orina.
Estos microorganismos naturales realmente, se "comen todo" quitando de las fibras más profundas de la alfombra las moléculas de olor, de esa manera se elimina en forma definitiva el "aroma" que estimula al perro a orinar nuevamente en el lugar.
Además
de los eliminadores de olor, estos productos contienen limpiadores suaves que
ayudan a quitar el descoloramiento y restauran las fibras de la alfombra a su
estado original, dejando un olor agradable.
Sí
la mancha ya está seca, los productos anteriores ya no son tan útiles, se
necesitan bacterias y enzimas digestivas más agresivas, también
hay productos más fuertes que limpiarán en forma correcta, aunque se sugiere
una segunda aplicación a las 24 horas.
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