Se lo debe sacar varias veces al día y en los
siguientes momentos:
* Cuando él se despierta.
* Después de jugar.
* Después de comer y beber.
* Siempre que se lo observe olfateando el suelo,
girar, gemir u otras señales que indiquen que está a punto de orinar o defecar.
La
idea es sacarlo con la frecuencia que sea necesaria para evitar que haga sus
necesidades dentro de la casa. Esto puede no gustar, irritar o molestar, pero
cada vez que él orina dentro de la casa, es un retroceso en la educación de sus
hábitos.
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