Si el perro va a vivir dentro de la casa,
se tendrá que educar al cachorro para que "pida" cuando tiene ganas
de hacer sus necesidades fisiológicas. No es difícil, no hay necesidad de
castigar y el entrenamiento no toma mucho tiempo si se tiene un poco de
paciencia y se realiza correctamente. Tener en cuenta que:
1) Si no se sorprende al cachorro en el momento de la "falta", es inútil reprenderlo o castigarlo!!, esta regla es la más importante.
2) Cuando lo hace en el lugar correcto hay que felicitarlo con un !muy bien! ¡Muy bien!
Métodos de educación
1er método:
Hay varias maneras para educar al
cachorro. Una de ellas es poner papeles de diarios sobre el lugar donde orinó
el animal, dejar que se absorba y se seque, luego se coloca el diario en el
lugar donde se desea que el cachorro haga sus necesidades, al sentir el olor a
su propia orina se estimulará al cachorro a hacerlo allí , a todo
esto tenemos que agregar el manejo de la fisiología del animal,
generalmente después de comer, tomar agua o dormir hacen pis o caca,
podemos identificar esa actitud cuando olfatean el piso, gimen y dan vueltas,
en ese momento hay que llevarlos al área indicada donde se encuentra el papel
de diario para que realice sus necesidades y alabarlos con un ¡muy bien!. También
existen unos papeles especiales de venta comercial que cumplen la misma función
que el "método casero" del diario.
Cuando
se logra que hagan solos en el lugar indicado, se van corriendo los papeles,
cada vez más lejos y hacia afuera, hasta llegar al patio donde hay tierra o
donde se quiere que el animal deposite sus residuos fisiológicos.
La transición se puede hacer en forma
alternada una deposición adentro y otra afuera, hasta que se eliminan todos los
papeles dentro de la casa y para esa época él solo pedirá ir hacia el patio. El
único problema con este método es que el animal elimina dentro de la casa por
un período de tiempo.
El segundo método es el de la jaula:
Se
utiliza una jaula de confinamiento. El fundamento es que el perro se coloca en
una jaula amplia y a ellos no les gusta mojar su propia cama y por consiguiente
retienen más tiempo sus necesidades, generalmente los cachorros de 8 o 9
semanas durante 7 u 8 horas, por supuesto no hay que dejarlos más tiempo,
entonces pasado un periodo prudencial se los lleva afuera y se los estimula
como en el método anterior.
Durante
el aprendizaje, cuando el cachorro está dentro de la casa pero no se lo puede
controlar ya sea porque se está haciendo alguna tarea como cocinando, leyendo,
cuidando los niños o fuera de la casa, se lo coloca dentro de la jaula, pero
antes de colocarlo allí, se llevará a su lugar favorito o el indicado, y lo
primero que se hace cuando se lo saca de la jaula se lo lleva nuevamente al
sitio indicado para hacer sus necesidades.
No se le administra comida o agua mientras está dentro de la jaula, solamente una manta y juguetes para que se entretenga, durante la noche permanecerá en la jaula, previamente antes de irse acostar se lo deberá llevar al lugar adecuado y estimularlo para que haga sus cosas.
Aunque
hay personas que le desagradan este método, por el hecho de encerrar al
cachorro en una jaula, es el más efectivo y rápido para su aprendizaje, además
enseña al cachorro a controlar sus esfínteres por más tiempo
cuando tiene necesidad de orinar o defecar, se piensa que esta es la
razón principal por el cual este método permite menos errores y el animal se
acostumbre más fácilmente a realizar sus necesidades en el área elegida.
La
jaula debe tener el tamaño adecuado, aunque sí el perro en la edad adulta
tendrá una contextura de pequeño a mediano, es interesante que la jaula pueda
ser útil en el futuro para transporte o convalecencia de alguna enfermedad,
pero si la jaula es demasiado grande el cachorro orinará adentro, o sea lo
ideal es que tenga una división para usarla cuando es pequeño y luego, sin la
división, en el futuro.
Es
muy importante usar la jaula con división sí es demasiado grande para el tamaño
del cachorro, porque si se usa una jaula grande sin división, el animal
ensuciará en una esquina, es probable que luego pise sus propias necesidades, y
si esto sucede el método se vuelve totalmente contraproducente, el animal olvidará
su propio instinto de no ensuciar su propia cama y el cachorro tomará como
hábito orinar o defecar en un rincón de la jaula, entonces el proceso de
educación se convierte en un problema de conducta, porque toma esos hábitos
higiénicos como algo normal.
El último
método es el de la vigilancia constante:
En
este caso no se necesitan papel de diario, papeles especiales o jaula, pero se
necesita tiempo y estar en forma permanente con el cachorro, este
método es ideal para aquellas personas que trabajan en su casa o personas
jubiladas o en situaciones dónde los dueños siempre están con el animal.
Siempre hay que estar atento y cuando el cachorro empieza a dar vueltas,
olfatear el piso o gemir, hay que sacarlo enseguida afuera y llevarlo al lugar
indicado, hay que vigilarlo en todo momento y hay que evitar el "error"
de que haga adentro.
Este método tiene más margen de error que el de la jaula porque el animal no reprime en ningún momento sus deseos de orinar o defecar, ni tampoco hay papeles que lo estimulen a ir a un lugar determinado. En caso de notar en el cachorro el deseo de hacer sus necesidades, se lo lleva afuera, y si hace bien se lo felicita y se lo trae en forma inmediata adentro, para que el relacione que cada vez que va a fuera es para hacer sus cosas, en esos momentos hay que evitar el juego o quedarse demasiado tiempo con el animal. Este es un método bueno para aquellas personas que tienen tiempo, igual se recomienda usar la jaula si tienen que ausentarse de la casa.
Las órdenes
verbales específicas también ayudarán a transmitir lo que se desea. Hay
que usar una sola palabra que identifique el acto de "ir al baño" por
ejemplo "afuera" y es importante que toda la familia use la misma
palabra y con el mismo tono y no usarla como una pregunta si no como una orden,
algunos perros pueden tomar el hábito de ir a la puerta cuando ellos quieren ir
afuera, esto es bárbaro cuando pasa pero no es tan común como se cree. Se
sugiere insistir con éstas órdenes verbales para estimularlo a ir afuera y que
no aprenda solo, de esta manera se logra mucho más fácil el objetivo de que
salga al exterior.
Una
vez afuera se debe animar a que haga sus necesidades con la palabra "haga
aquí" o algo similar y por supuesto, no olvidar nunca de felicitarlo con
un ¡muy bien! ¡Muy bien! si hace lo correcto, podemos usar la palabra
"adentro" para darle la orden de ir hacia el interior nuevamente, es
importante no usar la palabra "afuera" cuando se lo saque a hacer
otra actividad como jugar, independientemente que el animal además de jugar
haga sus necesidades, o sea la palabra "afuera" debe ser utilizada
solamente para estimularlo a "ir al baño".
Cuando ocurre un "accidente”
Uno
de los problemas más comunes es cuando ocurre la micción o defecación en el
lugar inadecuado, esto es muy importante ¡¡Sí no se lo descubre en el momento
que el cachorro esta haciendo sus necesidades, no hay que castigarlo ni
reprenderlo!!, pero si se lo observa en el momento justo hay que decir con voz
firme pero suavemente ¡NO! y llevarlo inmediatamente afuera o al lugar
correspondiente, sí se encuentra un
"accidente" y
el cachorro ya lo hizo, se debe limpiar y olvidarse de él sin reprender al
cachorro .
Reprenderlo
no ayudará porque, a menos que no se lo atrape en el momento, el cachorro no
entenderá porqué se lo reprende. Sí se llega a casa y se encuentran varias
suciedades se deberán limpiarse sin regañar al animal, aunque hayan pasado 30
segundos del "accidente" el cachorro no comprenderá el reto, hay
que condicionarlo siempre para el futuro, no entienden lo que hicieron en el
pasado.
Sin embargo,
enfrentémoslo, no será falta del cachorro, hay que estar atento cuando el
animal gira en círculos, olfatea el piso o gime, puede haber pequeñas
variaciones de un cachorro a otro pero casi siempre son los mismas actitudes
antes de hacer sus necesidades.
Cuando
se lo atrapa en la "acción", no hay que enojarse, rápidamente y sin
levantar la voz se le dice serenamente ¡no! y hay que llevarlo hacia los
papeles o hacia afuera.
El
cachorro va estar un poco asustado cuando se lo acerque a los papeles o cuando
lo lleve afuera por eso hay que acompañarlo y si realizan bien sus necesidades
hay que premiarlo con un ¡muy bien!
Volvemos
a insistir sobre la primera regla, ¡no reprenda o castigue al cachorro si no lo
descubre en el momento del "accidente"!
El
castigo o reprimenda en forma inadecuada puede entorpecer el proceso de
disciplina o adiestramiento de un animal, ellos consideran que hacer sus
necesidades es algo normal, es difícil para ellos interpretar al principio que
hacerlo adentro no es lo correcto, y sí además, se le aplica algún tipo de
castigo el animal se puede volver nervioso y asustadizo. El hábito tan
popular de educar al animal frotando la nariz sobre sus necesidades habiéndolo
atrapado o no en el acto, es un método totalmente erróneo , hay que
imaginar que si el animal tuviera un poco más de inteligencia, haría la
relación de que cada vez que encuentra una necesidad debe ir al baño, entonces
estaría permanentemente estimulado para eso!, ese tipo de castigo no acelera
para nada el proceso de educación para que haga sus cosas en el lugar correcto,
al contrario lo perjudica, a menudo sucede que el perro se pone nervioso cada
vez que tiene que "ir al baño".
El
caso más común de castigo es cuando se llega a casa y se encuentran con las
suciedades del animal, muchas veces el tutor se enoja con el cachorro y lo
castiga o reprende, el animal no relaciona el castigo con la "falta"
de hacer sus necesidades, esto puede provocar que el animal se vuelva muy
asustadizo y nervioso y al llegar los dueños de casa corra a esconderse, pero
no por haber hechos sus necesidades dentro, sino para evitar que lo reprendan o
castiguen, esta tipo de conducta aprendida puede permanecer toda la vida del
perro.
La
solución es permanecer, si es posible, el mayor tiempo posible en casa por lo
menos los primeros siete días de enseñanza, de esa manera se disminuye notablemente
el margen de "error" y el animal aprenderá enseguida, sin necesidad
de reprender o castigar.
Alimentación y enseñanza de
"hacer" en el lugar adecuado
El
momento de administrar su ración es útil para el aprendizaje, debido a que
después de comer y tomar agua desearán orinar o defecar y ahí se tiene la
ventaja de saber el tiempo y el momento de estimularlo a que haga sus
necesidades fisiológicas en el espacio indicado.
Todo este proceso de enseñanza lleva un tiempo prudencial por eso se deberá tener mucha paciencia, no irritarse y no perder la calma cuando las cosas no salen bien, hay que tener en cuenta que un buen aprendizaje del animal será beneficioso para todos en el futuro.
La micción espontánea o sumisa
Los
cachorros pueden orinar espontáneamente cuando están contentos o reciben al
tutor, se encuentran con otro perro, también sucede cuando están asustados. Se
lo conoce como sumisión o micción de excitación, cuando esto sucede, hay que
ignorarlo y limpiarlo inmediatamente, generalmente si se hace lo correcto entre
los 5 a 7 meses este condicionamiento desaparecerá.
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